domingo, 30 de septiembre de 2012

Capítulo 5.

-_______, ¿crees que conseguiremos las entradas?
-Claro, ¿por qué lo preguntas? ¿Crees que no las conseguiremos?
-No sé. Bueno, hay muchas Beliebers, y sabes, a lo mejor muchas también han reclamado las premium... Creo que es bastante difícil conseguirlas.
-Puede que sea difícil, pero si no intentamos no sabremos lo que pasará. Yo estoy segura que las conseguiremos, porque por lo menos yo, no voy a parar hasta tener esas dos entradas en mis manos. Te juro que de lo cerca que estaremos, las babas de Justin nos salpicarán. -Las dos nos empezamos a reír como locas.
-Siempre sabes como hacerme reír, tía. Bueno, entonces, ¿never say never, no?
-Por supuesto. Además, puede que muchas Beliebers hayan reclamado, pero no creo que hayan amenazado a la productora con denunciarlos para tener unas entradas.- Abryl soltó una carcajada. Me gustaba hacerla reír cuando estaba triste. - Tu crees que no las conseguiremos, pero como que me llamo _______ que esas entradas las tendremos en nuestras manos dentro de poco, ya veras.
-Eso espero. -Bostezó.- Bueno, fea, tengo sueño. Hasta mañana.
-Hasta mañana guarra.- le guiñé un ojo y apagué la luz.

3 de agosto de 2012.

Me desperté acordándome que estaba en casa de Abryl. Cuando abrí los ojos la vi durmiendo con la boca abierta. Se me escapó una pequeña carcajada y le hice una foto. Después la intenté despertar como 20 veces, hasta que me cansé de despertarla suavemente.
-¡ABRYL, DESPIERTA! - y le tiré un vaso de agua en la cara. Se despertó agitada, mirándome con los ojos abiertos.
-¡¿POR QUÉ HAS HECHO ESO?!- Preguntó con voz enfadada.
-Porqué no te despertabas.- dije de lo más tranquila del mundo mientras salía de la habitación. Llegué abajo y saludé a su madre.
-Buenos días, Andrea.
-Buenos días cariño. ¿Y Abryl?
-Arriba. Seguramente se estará duchando. Es que como no se despertaba me he sentido obligada a tirarle un vaso de agua.- Andrea se empezó a reír.
-Bien hecho. ¿Qué quieres para desayunar?
-Unas tostadas, por favor. -le dije sonriente. Esta amablemente me las sirvió.
-______, tengo que salir un momento, cuando acabes dile a Abryl que baje y lave los platos, que le toca a ella- dijo mientras se sacaba el delantal.
-Claro, yo se lo digo. Hasta luego.
-Adiós, bonita.- Y seguido cerró la puerta.
Cuando acabé dejé el plato en el fregadero y subí a ver que hacía Abryl. La vi tumbada en la cama con el ordenador encima.
-Mira que eres vaga- dije apoyada en el marco de la puerta.- Dice tu madre que va a salir, y que tienes que fregar los platos.
-Como sea- dijo ignorándome. De repente saltó de la cama- OMG, ¿lo has visto? Lo violo. ¡AAAAAAAAH!- Me acerqué a la pantalla y vi una foto de Justin. Dios mío, agradezco a Jeremy por no usar protección.
-Anda, no seas histérica y baja a lavar los platos. Voy a ducharme.
-Sí, madre- dijo con ironía mientras salía de la habitación. Yo negué con la cabeza mientras reía y me metí en el baño. Me di una ducha, no muy larga, tampoco era plan de gorronear el agua a mi amiga. Cuando acabé me enrollé en la toalla y me vestí. 
El día anterior había ido a mi casa a buscar ropa antes de ir a la de Abryl. Bajé y me encontré a mi amiga fregando los platos. Me reí ante ese hecho. Nunca imaginaría que ella lo hiciese. No es que fuese muy limpia y ordenada, al contrario, lo que más le gustaba a esa chica era la suciedad. Al llegar a la sala me tiré en el sofá y me puse a ver la tele. Iba cambiando de canal y de repente veo algo sobre Justin.
-¡Abryl, corre, Justin en la tele!- chillé. En menos de 10 segundos apareció mi amiga detrás mío. Escuchábamos atentamente, como siempre que sale nuestro ídolo en la tele.

"Y otra vez, el cantante internacional del momento ha vuelto a arrasar en nuestras tierras. Las entradas para los dos conciertos que hará en nuestro país están casi todas agotadas. Así que Beliebers, todavía tenéis oportunidad para ir. Daros prisa, la Bieber Fever corre muy rápido, y las entradas vuelan."

Miré a Abryl. Tenía un rostro triste. Estaba pensando en nuestras entradas, estaba segura. Me giré un poco y le cogí la mano.
-Eh, Abryl, no te preocupes. Nosotras las conseguiremos, ¿está bien? Haré que impriman dos entradas premium más solo para nosotras. Y bueno, piensa que aunque no las consigamos, tenemos la suerte de ir. Muchas chicas se han quedado sin entradas, nosotras no.
-Tienes razón, además no sé porqué me preocupo. Tendría que estar más segura. Te conozco desde hace mucho, y sé que todo lo que quieres, lo acabas consiguiendo. ¿Quién soy yo para cambiar esa tradición?- Nos empezamos a reír. Abryl se sentó a mi lado. 
-Oye, ¿qué tal si vemos una peli?- sugerí mirándola.
-Claro, ¿cuál quieres ver?- la miré con una ceja levantada, divertida. Sonreímos y dijimos a la vez-NEVER SAY NEVER.
Abryl puso la película mientras yo preparaba unos bocadillos. Minutos antes de que empezara la película, la madre de Abryl llamó diciendo que llegaría tarde. Le dimos "play" y nuestra película favorita empezó. Habíamos visto esta película unas 30 veces, pero cada vez que la veíamos, o chillábamos, o saltábamos en el sofá, o chillábamos... vamos, el típico ataque fangirl. Cuando acabó la película ya eran las 8 de la noche, así que decidí irme a casa.
-Bueno, nena, ya hablaremos ¿vale? Y si sabes algo de las entradas, llámame.- Le dije a Abryl.
-Claro que te llamaré, ¿qué esperabas? ¿Qué me quedara con las dos y vendiera la tuya a la mafia?
-Viniendo de ti, todo es posible.- Soltamos unas carcajadas y nos abrazamos- Adiós, Abryl.
-Adiós _______, ya nos veremos.
Y después de despedirme de mi amiga, me puse los auriculares y fui caminando lentamente hacia mi casa. Estaba cansada, y no sabía porqué, si no había hecho nada. Cuando llegué a casa saludé a mi madre, cené y me fui a mi habitación a dormir. Nada más cerrar los ojos entré en un profundo sueño.

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