miércoles, 12 de septiembre de 2012

Capítulo 2.

6 de julio de 2012

Me desperté. Tuve un sueño un poco... raro, por así decirlo. Moví mi cabeza para despejarme y miré el calendario que estaba al lado de mi cama. 6 de julio. Mañana era el día de comprar las entradas. Bajé a la cocina, allí estaba mi madre preparando el desayuno.

-Hola ____, ¿cómo has dormido?- me preguntó con una sonrisa. No sé como lo hacía para estar todo el día sonriendo.
-Bien- respondí indiferente.- Tengo hambre, ¿qué has hecho para desayunar?

-Tostadas. ¿Te apetecen?

-Claro.- Le sonreí. De verdad tenía mucha hambre.

Me comí las tostadas y fui a mi habitación. Busqué en el armario la ropa que me iba a poner y fui al cuarto de baño. Me di una larga ducha, todavía estaba cansada. Salí del baño vestida. No tenía ganas de peinarme y me hice un moño. Cogí mi móvil y miré Twitter. Todas estaban como locas por las entradas. Cada ves tenía menos posibilidades de conseguirlas. Pero bueno, era mejor no pensar en eso. Decidí ir a dar una vuelta. Bajé las escaleras corriendo y le di un beso en la mejilla a mi madre.

-Mamá voy a salir, llámame.
-Vale, te llamaré para que vengas a comer- me dijo y me devolvió el beso. Salí de casa. No sabía que hacer.
Iba caminado y mirando el móvil, totalmente distraída. También estaba pensando en Abryl, ella volvería de Miami la semana que viene. De repente escuché unos chillidos. ¿Pero qué pasa? Ni que Justin estuviera ahí. Me acerqué a ver que pasaba. No era precisamente Justin, pero bueno, parecido. Me encontré con unas 100 niñas en medio de la carretera parando a un bus que estaba adornado con imágenes de Justin. Todas estaban chillando como locas. Me empecé a reír. A veces mis hermanas son muy histéricas. Pero bueno, ¿qué le vamos a hacer? Las quiero igual. Pasé de largo mirándolas y riéndome disimuladamente. No sé como, pero llegué a la playa. Y no es que la playa esté muy cerca de mi casa, que digamos. Noté una vibración en mi bolsillo. Lo saqué y miré quien me llamaba. "Anna". Contesté.

-_________ ¿dónde estás?- me preguntó mi amiga.
-En la playa. ¿Por qué?
-¿Quieres que vayamos a comer juntas? Si quieres vamos al McDonalds. ¿Llevas dinero?- Me preguntó muy deprisa.
-Eh, cálmate. Sí, llevo dinero. Y vale, comemos juntas. ¿Dónde quedamos?
-¿En el McDonalds del paseo marítimo?
-Vale, nos vemos.
-Adiós, _______- y seguido, me colgó.

Llamé a mi madre para avisarle, y como siempre me dejó. Anna era muy histérica, de verdad. Le daban ataques de repente. Algún día te dice que está mala, y a los 10 minutos te dice para ir al cine. Es algo impulsiva, pero bueno, es maja. Fui caminando hasta el paseo marítimo. Ahí estaba el hotel Arts. Me acuerdo que la última vez que Justin vino a Barcelona se hospedó en ese hotel. Solté un largo suspiro. A lo mejor este año también. Sin darme cuenta llegué al McDonalds. Allí vi a Anna.

-¡Eh, tú!- le chillé. Ella se giró y al verme me sonrió.
-¿Cómo has estado? No hemos quedado ningún día, tía.
-Pues yo he estado bien. Y bueno, no es mi culpa-me defendí.- Eres tú la que está de fiesta todos los días.- Nos empezamos a reír.
-Sí, sí, claro, ahora es mi culpa. ¿Comemos? Me muero de hambre.
-Gorda- dije en un susurro, pero ella me escuchó y me pegó en las costillas mientras se reía.

Pedimos un Happy Meal. El encargado nos miraba sorprendido. ¿Qué pasa? ¿Dos chicas de casi 17 años no se pueden pedir un Happy Meal o qué? Cuando nos lo dieron nos fuimos a sentar. Mientras comíamos hablábamos, y nos reíamos.

-Y bueno, cuéntame algo.- me dijo Anna.
-¿Qué quieres que te cuente?- dije mirándola.- Ah sí, Justin volverá a Barcelona.
-¡¿QUÉ?!- Dijo chillando mientras se levantaba de la silla rápido. Todo el mundo la estaba mirando.
-¿Te puedes sentar, por favor?-le dije susurrando.- ¿Sabes qué es la vergüenza ajena?
-Sí, perdona.- Se volvió a sentar.- ¿Cómo que vuelve?
-Pues eso, que vuelve. Va a hacer un concierto aquí.
-¿Y cuándo salen las entradas?- Anna también era Belieber, solo que no lo demostraba mucho. Y estos días ha estado desconectada del mundo, osea que no se ha enterado de nada.
-Mañana.
-¿¡MAÑANA!?- Volvió a chillar. ¿Es que no se puede hablar tranquilamente con ella?
-Sí, mañana. Y no chilles.- Me levanté de la silla para irme.- ¿Nos vamos?
-Vale, pero en el camino me cuentas todo, que no me entero de nada, joder.
-Vale.

Nos fuimos del McDonalds. En el camino le iba contando todo, cuando me enteré del concierto, cuanto valían las entradas, y todo. Cuando le dije el precio soltó un ligero "joder". Me reí por eso. Estuvimos toda la tarde dando vueltas por la playa hasta que empezó a oscurecer. Llegamos a mi casa y me despedí de ella.

-Adiós guarra, nos vemos otro día- le dije y la abracé. Siempre nos insultamos, para nosotras eso es como decirnos "guapa".
-Vale, adiós fea.

Entré a casa y me encontré con mi madre mirando la tele. No tenía hambre, así que la saludé y subí a mi habitación. Me puse el pijama y me tumbé en la cama. Miré al techo y me encontré con la sonrisa más bonita que he visto en mi vida. Suspiré. Si no conseguía las entradas me moría. Mañana me iba a despertar pronto, así que me fui a dormir. Dejé mi móvil en la mesita de noche y me metí en la cama. Cerré los ojos. Mañana sería un día muy largo.

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